Queridos todos: Gracias por ese recuerdo. Ya se sabe que las cosas que pasaron se recuerdan mejores de lo que fueron en realidad. En cualquier caso, me hace feliz saber que disculpabais mis defectos y veíais en mí lo que queríais ver para orientaros. Me alegro por todos. Erais mis amigos (os tenía por tales, aunque fuerais alumnos), aunque algunos pretenden impropiamente decir que quieren a sus alumnos como si fueran hijos, y aquí estoy para seguir siéndolo. Os envío mi última columna, la de ayer, aunque no sé si molesto. Tal vez sea excesivo tanta presencia mía. También aprovecho para decir que no estuve en la convivencia de Junio porque coincidía con el bautizo de mi nieto, algo ineludible para un abuelo, y más cuando los padres se desplazan de Madrid para celebrarlo. Un abrazo grande. Juan
Juan, tu presencia es y será siempre motivo de orgullo para nosotros y tus aportaciones al blog como un regalito caido del cielo. Nos encantan tus artículos.
ResponderEliminarTus rarezas solo reflejan la auténtica integridad de tu ser como humano y para conservarlas se necesita grandes dosis de amor a si mismo, autestima y sobre todo de valentía, que no es carecer de miedo sino la capacidad para vencerlo o al menos afrontarlo.
Al final los raros son los que mas admiradores y amigos tienen y los que mas fuertes y sanos se conservan. Fijarse en los defectos es como darle el bocado a la manzana en la parte podrida ¿que gano?. Un abrazo maestro.
Rafael Durán.
Querido Rafael: Cuánto me gustaría darte físicamente el abrazo que ahora mismo te envío de corazón. A ver si me haces un hueco y me citas en algún sitio para tomar un café. Yo empiezo en estos días un periplo a lugares conocidos: Cabo de Gata (maravilla) y Madrid. Estaré de vuelta para Reyes. El abrazo mencionado de tu amigo Juan
ResponderEliminarQueridísimo profe, D. Juan. ¡¡¡No te puedes imaginar lo que me alegra encontrarte!!! Y tener la suerte de poder leerte. Que sigas teniendo ese ímpetu y esas ganas de decir cosas interesantes tan bien expresadas, tanto tiempo después de que terminaran aquellos maravillosos años, es envidiable. Me llena de orgullo, como dice Rafa. Me encantaría seguir leyendote, porfa no dejes de aportar cosas a este blog. Un beso siempre. Inés
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