
Juan, es un lujo y una verdadera proeza tenerte entre nosotr@s y en nombre de tus antigu@s alumn@s del colegio Esperanza Aponte quería agradecerte tu colaboración en el blog y el sincero contacto que nos prestas. Verdaderamente ha sido una agradable sorpresa que hayas respondido al correo que te mandé así como lo que trasmites en el texto. Entiendo que lo del inglés y el paracaidismo fueron puras anécdotas que puntualmente aparecieron en tu vida, pero que en aquellos momentos tuvieron su significado y valor. Yo lo que menos aprendí de ti fue ingles y menos, por supuesto, a tirarme desde un avión. Por eso cuento, que lo que verdaderamente aprendí de vosotros estaba en otro sitio, en la verdadera dimensión del ser humano, en vuestra forma de ser, en lo que transmitíais sin pretenderlo, sin apariencias y camuflaje. Y por aquel entonces siendo niño y sin darme cuenta me estaba empapando de esa forma tan especial, singular, sin perjuicios y tan sincera que tenías de tratarnos. Esa aparente locura entre comillas, era tu verdadera esencia, me trasmitías ganas de vivir y me preguntaba por la necesidad del riesgo que te supondría el lanzarte desde las alturas al vacio. Eran tus ganas de exprimir la vida,de descubrir, de aprovechar el presente que es lo único real y existente.
Aunque no lo creas aún recuerdo la viveza de tu rostro, ligeramente sonrojado y tu silueta dando saltos en la zona del recreo simulando el momento del contacto y cayendo lateral y violentamente sobre el suelo. Escuchaba en boca de mis compañer@s allí presentes.. !!Este está loco!!, pero yo en lo más profundo de mi ser sabía que había algo más y que esa dosis de aparente locura era necesaria para formarnos como humanos, como auténticas personas. Era verdaderamente fantástico y especial. Sabia que era algo fuera de lo normal y ya estaba harto de todo lo "normal". Te aseguro Juan que ahí aprendí aunque en esos momentos no fuese consciente ni tu tampoco de lo que estabas sembrando. Gracias MAESTRO. Un abrazo.
Rafael Durán.